Escucho el tren, temprano, muy temprano,
puntual como un reloj en su vaivén,
cómo canto del gallo; lo es también,
en las noches o dias de verano.
Alegre despertar con su silbato,
lo acompaña el jilguero con su trino,
el caminante sigue su camino,
con el tren, te recuerdo a cada rato.
Cuando escuches el tren, es Amor puro,
el siempre va silvando, que te quiero,
en mañanas y noches de lucero,
yo por ti, me desvelo, te lo juro.
Que silve el trenecito en tus oídos,
escúchalo con todos tus sentidos.
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Dr. Salvador Santoyo Sánchez.
8/08/2025