El Suegro (Soneto)
Tu padre dijo no, mostró su inciso,
y yo, con cara seria y voz templada
te facturé a que hicieras la colada
del hombre que en desprecio no me quiso.
Me sentí diletante sin aviso
con flores de estación, en temporada,
y dije: “vete aquí no pintas nada
mi gusto por mandar, es muy sumiso”.
Hoy guardo tu recuerdo en penitencia
no sabes ni freír un huevo frito,
y menos mantener la competencia.
Mejor busca en el súper lo infinito:
que hay novias en oferta por docenas
¡y suegros que vivieran muy solitos!