Vértigo en tu vientre
por Wcelogan
He llenado tus ausencias
con cuerpos ajenos,
pero ninguno me quema la piel
como la música de tu vientre.
En la fiebre de la noche
susurro tu nombre,
y mi boca sangra,
sedienta del temblor que dejaste recorriéndome.
La cama es un templo demolido:
nadie sabe marcar en mi piel
lo que tu roce despierta —
esa lujuria que me vuelve salvaje.
Incendia mi manuscrito sediento,
ábreme como un códice secreto,
tócame con el arrebato contenido
de esa boca que arde en mi memoria,
como oración profana que me atraviesa.
No quiero ternura:
quiero que me invadas
hasta que el amanecer huela
a piel, a sexo, a desvelo,
que nos devore lento, sin prisa,
como si fuéramos la última vez.
Quiero
el instante exacto,
el peso de tu cuerpo sobre el mío,
tu respiración contando
los latidos que nos quedan
entre deseo y caída.
Ven, hazme tuyo en el arrebato,
conviérteme en altar y testigo.
Que mi piel recuerde —
cuando todo vuelva al silencio —
haber bebido tu néctar hasta el final,
haber sentido otra vez
el vértigo en tu vientre —
como si el mundo entero
girara dentro de nosotros.