Volando por espacio sideral,
solo se ve la triste estela ahí,
en el cielo nocturno, desde aquí,
en la tierra olvidada por el mal.
Notamos su descenso del final
de una noche cualquiera y lo sentí,
el extraño perfume de alelí,
que inundaba el ambiente por igual.
Sin estela, difícil de entender
el contacto sentido en corazón
del gato, pues de un gato trata el ser,
hizo que se alterara la razón
y, volando, volviose a desprender
de compañía de esta, su canción.