Juez

Suele pasar ii (soneto)

¡Qué vergüenza! ¡Vergüenza! Va mi esposo 

yendo entre falda y falda a coquetear;

tigre rayado henchido y belicoso

con su pastilla azul de sol y mar.

 

Viejo verde, rufián caballeroso,

solo buscas beber, dormir, follar...

¡Y vean cómo gira...! Es mi esposo

como una noria. Y es girar... girar...

 

¡Girar, sí! Como un Sísifo en la pista,

las bolas cortaré para empezar.

No habrá ningún señor animalista

 

que me pueda aplanar, pueda aplanar...

(Que Dios le guarde un cielo a su ateísta

que yo el infierno le prometo dar...)