Me estoy diluyendo
en una albufera
de lágrimas
que no se notan,
y es por tu recuerdo.
Estoy fundido
en el anhelo de tus besos,
y más aún
en los que no tuvimos.
Estás tan presente
y he plantado mi dolor
para que con ello,
consiga estabilizar
mi pecho tembloroso.
Eres tan linda,
bulliciosa a veces
y tus mejillas rojas
adornan las mismas flores.
Te amo
y respiro tu agua
y tu viento,
así eres tú,
naturaleza y magia,
eres también
el cauce de mi río
cuando la pena
me arrastra sin piedad.
Me amaste tanto,
creo yo que
más en otra vida;
entonces allí,
mi arrogante amor
vestía con caricias
toda tu belleza,
toda tu piel desnuda,
era tan simple allá
porque
en esa vida me amabas de verdad.