Te lloré tres noches
y te soñé otras tres.
Me levanté,
tipo 3 AM,
buscando algo de beber,
y sintiendo aún sed
solo pude pensar en usted...
La misma pared
con la que choqué,
y cuántas veces más chocaré.
Tres y treinta y tres,
será un tango de Gardel
o un triste chamamé,
cualquier premio Nobel
o simplemente otro papel
que remarque a mi merced
cómo una inútil forma de ser.
Quizás yo erré
en buscar mi propio nombre,
en preguntar cómo, cuánto y dónde,
en verte a ti y no responder,
en ser humano, en ser hombre.