Eusebio Gonzalez

Limpieza del Alma

Me encontré pensando en la penumbra,
incapaz de conciliar las ideas que me asediaban.
El corazón gemía de dolor y pena,
y todo mi ser se tambaleaba
sin concentración ni armonía.

Me dispuse entonces a inspeccionar mi mente,
buscando con certeza la raíz de mi aflicción.
Llamé a la razón, mi fiel compañera,
y hallé pensamientos basura:
perezosos, tristes,
recuerdos que no querían morir.

Abrí la compuerta que da al vacío,
dejando caer lo que envenenaba mi interior.
Y en ese instante el corazón, agradecido,
recobró su riqueza perdida:
se llenó de hermosura,
y volvió a latir con pura belleza.