alicia perez hernandez

CANCIÒN AGRADECIDA de José Ángel Buesa & Alicia

CANCIÒN AGRADECIDA de José Ángel Buesa & Alicia

José Ángel Buesa

Gracias, amor, si hiciste que lloviera

en el último instante de este día,

pues, por ser una lluvia triste y fría,

hubo un rayo de sol sobre una hoguera.

 

ALICIA

No podía dejar que el sol se ocultará 

Sin que de mi alma brotará la lluvia fresca.

En el último instante te recordé amándome

Y mi amor por ti se encendía la hoguera.

 

José Ángel Buesa

Gracias, amor, si tu designio era

que lloviera del modo que llovía

para ofrecerme en una flor tardía

todo el perfume de la primavera.

 

ALICIA

Gracias, amor, por recordarme todavía,

Soy la flor tardía que a tu vida llegó ese día

y en la lluvia dejé el perfume de mi alma

de cuando te conocí, en esa bella primavera.

 

José Ángel Buesa

Gracias, amor, si no la merecía,

gracias, amor, aunque la mereciera;

gracias también por la melancolía.

 

ALICIA

Para serte franca, tal vez no lo merecías,

Porque en mi vida tú dejaste mucha melancolía;

Pero gracias, amor, porque tal vez yo si lo merecía.   

 

José Ángel Buesa

Que llueve dentro cuando escampa afuera,

y haz que vuelva a llover de esa manera

como llueve en mi alma todavía.

 

ALICIA

Todavía llueve en mi alma de esa manera,

Porque se quedó mi alma llena de melancolía,

Y así sigue, sin escampar, en mi alma todavía.

 

Alicia Pérez Hernández.... México

No es la pluma la que escribe, es el alma

Todos los derechos reservados©

Puedes irte y no importa, pues te quedas conmigo
como queda un perfume donde había una flor.
Tú sabes que te quiero, pero no te lo digo;
y yo sé que eres mía, sin ser mío tu amor.

La vida nos acerca y la vez nos separa,
como el día y la noche en el amanecer...
Mi corazón sediento ansía tu agua clara,
pero es un agua ajena que no debo beber...

Por eso puedes irte, porque, aunque no te sigo,
nunca te vas del todo, como una cicatriz;
y mi alma es como un surco cuando se corta el trigo,
pues al perder la espiga retiene la raíz.

Tu amor es como un río, que parece más hondo,
inexplicablemente, cuando el agua se va.
Y yo estoy en la orilla, pero mirando al fondo,
pues tu amor y la muerte tienen un más allá.

Para un deseo así, toda la vida es poca;
toda la vida es poca para un ensueño así...
Pensando en ti, esta noche, yo besaré otra boca;
y tú estarás con otro... ¡pero pensando en mí!

poema del amor ajeno. J.A.B.