_Incipiens_

Desvelo

La noche exangüe me contempla.
Su presencia ya no molesta.

Mi mente —la depredadora—,
mi sueño —la presa—.

Pensamientos enmarañados,
diminutos gusanos
hechos de pasado
y de futuro
lastiman el sueño.

No hay descanso —
menos amparo.

No hay alba que valga:
la noche se alarga,
se funde con el día
y me devora en silencio.

¿Estoy dormido
o duermo despierto?

Rubén Romero Toledo © 2025 todos los derechos reservados