Y temblarán a mi paso, las miradas
los susurros y las lenguas viperinas,
se secarán manantiales
la hierba.. no brotará
que soy caballo de Atila.
Se hará el silencio a mi paso
entre murmullos y envidias
por los campos, los trigales
se teñirán los tejados
de oscuro, en las ciudades.
Se ha de callar la brisa, el aire
en el silencio mas crudo
y mi paso por el mundo,
seré al ciego y al mudo
su ilusión a despertarse.
Seré la voz del silencio
y a mi paso, los lugares
temblarán, entre respeto
se hará el silencio en los puertos
en los montes.. en los valles.
Se han de callar esas lenguas
presas de ira y de miedo
a mi paso, por las letras
porque soy de todas ellas
el verdugo mas sincero.
Amaneceres y ocasos
tempestades.. aguaceros
todos guardan el silencio
de un infierno sentenciado,
a mi paso y mis verdades.
A mi paso temblarán los cielos
constelaciones, los ríos y los barrancos
todo el mundo callará
esperando ver mi paso,
entre poemas y versos.
Los ilustres y los sabios
callarán, serán prudentes
temblarán los occidentes
y los soles apagados,
a mi paso.. son inertes.
Todo tiembla y todo calla
ante la voz del poeta
y a su paso, las estrellas
desde el mismo cielo bajan
para estar entre poemas.
El ruido se machaca
y el silencio, se hace dueño
y a mi paso son mis sueños
esa voz que no se calla,
cuando camino entre versos.
Y temblarán los cimientos
de las obras literarias
a mi paso, no habrá nada
que me diga que no es cierto
nadie habrá, que me haga cara.
Habla el poeta de tanto
que a veces, habla de nada
pero todos miran, callan
cuando su voz se abre paso
todo.. tiembla entre palabras.