Annabeth Aparicio

JORGE (Colección Guerreros III)

 

 

No era por gloria que blandió la espada, 
ni por la fama que el mundo le ofrecía; 
su lucha era por ella, por su melodía, 
por la princesa que vivía encerrada. 

El dragón feroz, con fuego y escamas, 
era el temor, el juicio, la condena; 
y Jorge, con su alma pura y serena, 
lo enfrentó sin temer a las llamas. 

Ella lo miró desde su prisión, 
con ojos que sabían lo prohibido; 
y él, sin hablar, le dio su corazón, 
como quien ama sin ser permitido. 

La bestia rugió con odio sanguinario,
pero el caballero no retrocedía
su amor, más alto que la herejía,
su fe, más fuerte que el adversario.

Al vencer, no pidió ni recompensa, 
ni corona, ni mano, ni festejo; 
solo un suspiro, un roce, un reflejo 
de aquel amor que nunca tuvo defensa. 

Y partió, dejando atrás su victoria, 
como quien sabe que el amor verdadero 
no se encadena, ni se vuelve trofeo, 
sino que vive oculto en la memoria.