I
La voluntad se alza como un roble,
no teme al viento ni a la noche fría.
Su savia es fuego que jamás se doble,
su paso es ley, su pulso es profecía.
II
El pensamiento gira en su esfera muda,
tallando formas en la bruma lenta.
Es luz que duda, pero nunca escuda,
y es voz que calla cuando el alma intenta.
III
Sentir es ser sin nombre ni frontera,
es ser el río y también la corriente.
Es piel que vibra, llama verdadera,
que arde en silencio, libre y persistente.
IV
La fe no exige pruebas ni razones,
camina ciega, pero ve más lejos.
Es puente hecho de sueños y visiones,
que cruza el tiempo sin temer reflejos.
V
La razón mide el mundo con su balanza,
y traza líneas sobre lo infinito.
Es fría, sí, pero también esperanza,
pues da al abismo un nombre y un escrito.
FIN
No hay luz sin sombra, ni razón sin duda,
ni fe sin vértigo, ni piel sin miedo.
En cada alma, la verdad se desnuda,
y el ser se escribe entre fuego y enredo.