Ante las redes sociales,
los programas basura,
y el entretenimiento
vacío y tóxico.
Ante las imposiciones,
los deberes sin sentido,
y la falta de información.
Ante las prisas,
las incongruencias
generalizadas,
y la falta de humanidad.
En todas las dimensiones:
la fusión perfecta,
despertar y encuentro,
dos en uno,
en un mismo latir.
¡Y no! , por obra de lo divino,
caído del cielo,
ni hallado por el camino.
Barco, motor y vela,
con la profundidad
necesaria:
capitán de su alma
ha de ser…
Solo quien se enfrente,
quien luche,
quien nunca ceda
ante la corriente.
Pero, sobre todo,
quien en sí mismo
profundice y clarifique
lo que realmente quiere ser:
¡Capitán de su alma!
Ante todo el universo
y toda la eternidad...
un día sí
y otro también.