JUSTO ALDÚ

CELOS FANTASMAS

 

CELOS FANTASMAS

 

Aunque la llave ya no gira en puerta,

la sombra insiste en perfumar mi estancia;

es un perfume antiguo que despierta

la herida azul que oculta la distancia.

 

El aire trae pasos sigilosos,

como si el eco supiera el secreto;

fantasmas tibios, celos presurosos,

que se deslizan bajo el cielo inquieto.

 

Cruzan los muros como el humo errante,

sin que mis manos puedan detenerlos;

traen sabor de un tiempo sofocante,

y la memoria que arde por tenerlos.

 

Sabe la noche que no hay voz que acalle

la amante escrita en tinta y madrugada;

sus celos siguen, aunque el tiempo falle,

atados a la pluma enamorada.

 

Y nadie acusa, nadie más vigila;

el verso fluye libre y sin sentencia.

Pero en la tinta un fuego se destila,

el resto de un celo hecho de presencia.

 

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