En la penumbra,
escucho tu aliento,
pasos que laten al compás de mi temor.
No tengo dónde huir,
y quizá no quiera.
Me declaro indigna
de este amor voraz.
Tu sombra me envuelve,
tus manos reclaman mi piel encendida.
No soy perfecta,
tal vez por eso me pierdo en ti.
Tus ojos, abismo y refugio,
me atrapan sin remedio.
Abrazas mi fragilidad
y prometes amarme
en un anochecer sin fin.
Autora: Wummie