Vine con sueños y una maleta llena de despedidas,
y esta ciudad inmensa me tragó sin mirarme, cálida y llena de gente pero sola. Camino entre rostros que no me conocen, con un acento que nadie abraza.
Extraño mi tierra,
pero algo en mí resiste.
Porque aunque duela la soledad,
aún creo que esta ciudad un día me hará sentir en casa.