Franjablanca

Frases de la historia

Uno (uan)

 

Tengo otros yo en salmuera

para los casos extremos.

Hoy, puede ser que me muera,

y mañana, ya veremos.

 

A mi rostro en la batalla

le voy ganando terreno,

y cuando el rictus me falla

le pongo cara de bueno.

Entre todas esas caras,

la más cara es la de necio,

pero si me regatearas

podríamos convenir precio.

 

Espero que no me esperes

en la espera de los tibios

esperando entre paredes

la esperanza del alivio;

pues, como dijo Plutarco:

yo me paso por el arco

de Trajano mis caprichos.

 

-Javi, no seas fariseo:

ni lo dijo ni lo creo...

-Pues tendría que haberlo dicho. 😎

 

 

Dos (tu)

 

Ese inmaduro momento

en el que falta el valor

para saltar del asiento

y declararse el mayor

ecléctico que anda suelto

entre un ensayo y su error,

consigo y su circunstancia,

con su exceso y su escasez,

con la paciencia y el ansia,

con el mal y con su bien,

con su afirma y con su niega;

cincuenta por ciento Ortega

y la otra mitad Gasset,

con la demora y la entrega,

con su ahora y su después,

con el pedal que acelera,

con el freno del tal vez.

El arrojo es un seguro;

la indecisión, un no sé;

el punto medio es un muro

que los extremos no ven,

unas tablas no pactadas,

un melón aún por abrir,

una deuda embarazada

de un no atreverse a parir,

la mediatriz del segmento

que no se puede mover,

todo y nada en un momento,

infinitivos intentos,

gerundios del verbo amén,

participio a sotavento

conjugado con sostén.

La respuesta al acertijo

se quedará silenciada

y, como Sócrates dijo:

solo sé que no sé nada.

 

-Javi, no mientas, cabrón,

Sócrates no dijo eso.

-Sí, habré mentido ex profeso;

eso lo dijo Nerón

después de que Epafrodito

le metiera los deditos

para expulsarle los gases.

Y, mirándose al ombligo,

soltó su famosa frase:

¡Qué artista muere conmigo! 😊