A pesar de haber logrado tanto, siento que me falta todo.
¿Qué es este vacío que ocupa todo el espacio?
¿Qué es esta paz que sabe a soledad?
¿Qué es esta sonrisa que oculta tanto dolor y tristeza?
¿Qué es esta fortaleza que caduca cada noche?
Mis ojos, que parecen ofrecer apoyo,
guardan mil lágrimas no derramadas.
Y estos deseos de correr hacia lo desconocido…
¿será que allí, quizás, me encuentre a mí misma?
Tal vez esta tristeza sea la fortaleza
que aún no he aprendido a valorar.
Todo es confuso. Le pido al tiempo que se detenga, para comprender lo que ocurre.
Pero el tiempo no perdona.
El niño sigue creciendo.
El vecino aún necesita una mano.
El perro espera su caminata.
Las deudas siguen contando los días.
Y la cama… aún permanece fría.
Pensamientos, deténganse un momento.
Quizás en unos años me regalen una respuesta.