Hernán J. Moreyra

\"Todavíday\"

 

Todavía hay el quemado Sol
que carbura, una mujer de sexo
fiel que inaugura el sueño de amar.

Todavía hay la pureza y la certeza
en coraza de niño, la mirada errante
del poeta o como se quiera criticar.

Todavía hay anhelos con tendencia
eterna de querer cantar, amor en
rosas nuevas, libros que invitan a volar.

Todavía hay sobreviviente fraternidad
en sueños que luchan, palabras que
se piensan y demandas de besos al azar...

Todavía hay pobreza, también terca
esperanza, vano discurso barato
en desuso; Alguien que nace, que
vive y que muere (¡Lo están velando!).

Todavía hay algo que brilla trascendente
y ciertas luces que brillan más; Todavía hay
la ternura que jubilece y la risa que enternece.

Todavía hay blancas nubes acolchadas
y un colchón de viento a ventilar;
Prisa y naufragio para el mar...

Todavía hay la música que enamora,
que siente y en arte digno armoniza;
Y la melodía sutil del verbo Amar...

Todavía hay caminos seguros,
zonas de confort, ideas que duran
solo un segundo y modelos a reciclar.

Todavía hay pie de trasfondos y crisis,
solicitudes mal escritas, perímetro de
zona muerta y sensacionalista vacuidad.

Todavía hay la puerta y el candado,
el fantasma y sus enemigos, los
designios que no entiendo...

Todavía hay algo que incita y provoca,
aventurada rima loca, todavía hay la boca
que evoca el desarraigo material...

Todavía hay la historia con sus
verdades y otras victorias con
sus mentiras indeclinables...

Todavía hay alguien que incita
y provoca, alguien quién no puede callar...
Todavía hay la historia, con sus verdades
y otras verdades con sus mentiras.

Todavía hay raíces, flores y canto
de pájaro primaveral, todavía hay
la lucha, la perseverancia que escucha.

Todavía hay la calma peregrina,
la conducta sospechada y la
insospechable conducta.

Todavía hay el propósito de Nación,
la sangre, la libertad y la justicia
que reclaman sin codicias, ni utopías.

Todavía hay la vida que me exime y
el sueño que no entiendo...
Todavía hay la vida que comprendo,
en un hermoso respiro al extasiar.


Hernán J. Moreyra