bucanero

Entrega

Pondría mi alma a tu disposición porque sé que no me traicionarías ni bajo la tortura de una manada de hienas, ni me venderías a cambio de la dicha eterna.

No dejarías mi nombre a merced de la llama ni tampoco permitirías que la sinrazón lo difamase. Me defenderías aun conociendo mi culpabilidad como yo lo haría contigo, pero tú no necesitas a nadie que te defienda porque eres capaz de fajarte con los moradores del infierno en caso necesario.

Conoces mi letra antes de ponerme a escribir, y por eso te envío esta carta sin remitente, para que sepas que tuya sería la capitanía de mi barco de no ser porque mi mar se secó hace tiempo, y sin dudarlo te entregaría mis manos ciegamente, como las hojas se entregan a la caída del otoño, porque caer contigo no sería quedar tirado, sino tener la certeza de que a tu lado nadie me va a pisotear.