Carlos Granados

En la cima

¿Qué culpa tiene el viento y sus manos?
Si en susurros lleva cierto nombre, pecando,
Quizá de necio,
Tal vez de infante.
Mil cigarros se agotan y un invierno decadente toca la puerta.


¿Qué susurra en ascuas la gravedad?
Cuando entre dientes, nos hunde,
sobre tu pecho,
Bajo mi cielo.
Dos fusiles me cortaran el paso si te sigo.


¿Qué culpa tiene el viejo lobo?
Si se han esfumado sus dientes, sus sueños,
si su aullido, cada vez más corto,
Baila temblando.
El fin ultimo siempre fue vivirnos, no planearnos.