En los instantes de la incomprensión,
que más sus garras el terror extiende,
con inquietud se agita la razón
y el alma oscura ya nada comprende.
El segundo latiendo sin dirección,
la eternidad hoy mientras nos sorprende;
no obstante el tiempo trae sanación
y cada herida al fin se nos desprende.
Y cuando el tiempo sabio ya madure,
con voz serena a todos llamará.
¡Que la verdad en revelación cure!
En ese instante al fin se asumirá
que en todo ciclo mientras se perdure
un nuevo inicio en él se encontrará.