Eres un gran corazón,
pues me has dado la alegría
de saber que ella era mía:
una exquisita emoción;
la más dulce sensación
una perfecta armonía,
la lograda melodía,
que me llenó de pasión;
sin embargo, también eres
el sufrimiento constante
que parece no acabar;
una mezcla de placeres,
una llaga que es vibrante
que te puede liberar...