Raul Gonzaga

Una prisión de emociones

Eres un gran corazón,
pues me has dado la alegría
de saber que ella era mía:
una exquisita emoción;

la más dulce sensación
una perfecta armonía,
la lograda melodía,
que me llenó de pasión;

sin embargo, también eres
el sufrimiento constante
que parece no acabar;

una mezcla de placeres,
una llaga que es vibrante
que te puede liberar...