Te miro sin que sepas que existo,
en la misma sala donde callo,
mi corazón escribe un libro
que nunca leerás ni en un rato.
Eres lejos aunque estás tan cerca,
un misterio que no puedo tocar,
respeto que se viste de ausencia,
y un amor que no sabe hablar.
Quisiera borrarte de mis días,
cerrar las puertas de esta prisión,
pero tus pasos son melodías
que danzan sin permiso en mi razón.
Trabajo en el filo del silencio,
entre miradas que nunca se cruzan,
y guardo este amor sin recompensa,
como un secreto que nunca se usa.
Quizá algún día se apague el fuego,
y el alma encuentre su propio sol,
mientras tanto, te llevo en mis sueños,
un amor callado, sin control.
Yasuara Melgara