el brujo de letziaga

¡Qué gozo ser amado!


¡Qué gozo ser amado!
por ti mujer, en el espacio de mi vuelo,
flor de flores en mi cielo,
que te respiro incontrolable, incontrolado...

 

En ti me adentro, generoso y decidido,
y al calor de tu contacto,
me siento vivo y completo, ya te digo,
consumando el prodigio...

 

Ya somos uno, en un íntimo abrazo, 
absorbente y profundo,
más la humedad de tu recóndito nido
hace rugir a mi trueno...

 

A tu amor rendido,
en el temblor interno de tu fuego dorado.
¡Qué gozo ser amado!
permaneciendo en ti, ardiendo, ardiendo...