Cómo poder saber si te olvido más de día que de noche,
si tu vestir oscurece al fiel insomnio peregrino,
y tus amuletos incandescen todo fanatismo que confieso.
La noche me susurra cuánto más alargaré tu fotografía en el vicio de escribirte; a destellos teme un eclipse prematuro,
a destellos que nunca mengua.
De día, nunca anhelo poesía que te describa;
el solsticio nada habla.
Solo un páramo de asfalto tintinea metáforas
que parecieran tu sombra.
Más allá de vos, tan inminente a mí.