D. Méndez

Mi amor, eres mi cielo y mi tormenta.

No sé cuándo empezó,

solo sé que desde entonces

mis días tienen tu nombre

y mis noches tu sombra.

 

Eres ese latido

que me despierta con ternura,

la voz que atraviesa

todos mis miedos sin pedir permiso.

 

Cuando me miras,

el mundo deja de ser urgente.

No hay relojes,

no hay caminos fuera de ti.

 

\"Mon amour, tu es mon ciel et ma tempête\"

—mi cielo y mi tormenta—

y yo, feliz prisionera,

acepto perderme

donde tus manos quieran llevarme.

 

Si el amor es un riesgo,

que me encuentre ardiendo,

que me encuentre viviendo

en la certeza de que tú

eres el lugar

donde todo comienza.