¿Por qué dejó que me enamorara
si su corazón ya tenía dueño?
Si en sus manos me dio ternura,
pero en sus ojos guardaba un recuerdo ajeno.
Vivo con ella,
pero su alma habita lejos,
como si cada beso mío
tuviera que cruzar un mar para llegarle.
El tiempo ha pasado,
las paredes conocen nuestras voces,
la cama conoce nuestros cuerpos,
pero no nuestros sueños.
A veces me mira,
y juro que su mirada no es para mí.
A veces me abraza,
y siento que abraza un fantasma.
Yo sigo aquí,
amando con las manos llenas,
mientras ella sigue allá,
amando con el corazón vacío…
porque sigue enamorada,
pero no de mí.