DOS MOJITOS VERDES Y…
(Juan Carlos Ayala)
No quería saber nada de Fidel,
ni tampoco del Che,
ya tenia otro pasaporte
y a la revolución en el olvido.
Tomábamos un vino,
no teníamos mucho en común,
ideologicamente menos aún,
nuestras miradas lujuriosas
lo único que nos quedaba.
--Pide la cuenta
y vente conmigo—me dijo--.
Con su gracia cubana.
--Siéntate, ponte cómodo —me dijo--.
Con las llaves en la mano.
Al rato volvió,
traía dos mojitos verdes
y un baby dall rojo…
cuando la vi venir hacia mí
senti que desembarcaba en playa Girón,
‐-tierra de hombres negros, rojos y azules
dijo el trovador Silvio Rodriguez
en su hermosa canción--,
seguro estoy que escuche el mar,
y, que vi la arena morena clara
bañándose en espuma.
--Soy Fisioterapista—dijo quedito--.
Y juro que no era mentira…
Ardientes.
Salvajes.
Y así, tomo mi mano,
me llevo a su cuarto,
nuestras manos tomaron
formas de cuerpos en un
viaje al infinito.
No sé si sabía bailar salsa,
no le pregunte,
no me dio tiempo,
pero se estremecía como serpiente…