Gente rubia mata,
uno con un librito
y otro con una cadena plateada.
Con tiempos; asolan las calles,
las casas, toda congregación;
son fantasmas aterradores
aluviones que arrasan
con quien tiene el candelabro.
Sus encías son espasmos,
sus encias dejan cenizas de la fe;
porque odian, porque no soportan la Luz.
A todos quieren herir con dardos
con flechas de acero caliente;
visitan las pasiones, las emociones,
todas sus olas van echando la culebra hechicera.
¡Ay de aquél hombre que será destruido!
¡Ay de mujer que les abre la puerta!
Un hombre cayó mientras huía
fue clavada su garganta con balines
y en el borde de su estómago incluso.
Quien podrá embatirse contra ellos?
¿Alguien podrá salir victorioso de sus metrallas?
Christian Jovani
(Derechos reservados del autor).