Antonio Miguel Reyes

Octavas reales.

Octavas reales.

 

Te fuiste de mi lado y me dejaste

diciendo que querías vida plena

al nuevo mundo veo que abrazaste

y rendida a sus pies sientes la pena

de aquello que en tu paso no olvidaste

y tu recuerdo solo es la condena

que tu orgullo marcó, de más, tristeza

no solo a ti, también a quien hoy reza.

 

Creíste que la gloria te esperaba,

y hallaste soledad como testigo

la miel que en otro tiempo te llamaba

se torna en hiel al borde del castigo.

La senda que orgullosa caminaba

te deja en un desierto sin abrigo

y el eco de mi voz, ya sin firmeza,

te sigue como sombra en la tristeza.

 

No pidas que el pasado te devuelva

la paz que tu ambición dejó perdida;

ni el río, cuando corre, se resuelva

a dar al mismo mar la misma vida.

Creíste que la gloria te esperaba,

y hallaste soledad como testigo;

la miel que en otro tiempo te llamaba

se torna en hiel al borde del fustigo.