Sin mí, a solas,
contigo, tu mundo,
tu espacio, vacío, sin
mi eco, a la deriva
de un dejarse ir.
Lejos, en otra carpeta,
en otro disco duro, ajeno,
alienado de un mundo
inerte, sin sentido, flotante,
dependiente, y tú nadas,
te sometes vencida
a las fuerzas de una brisa,
y el agua insípida que bebes,
que te baña, no te moja
porque sí, sino con una razón,
una razón casi cartesiana,
y el hidratarte me hidrata,
me conforta, y te lo digo raudo,
con un guasa con fueguitos,
y tal y como el ardor del mensa
je salta a la nada invisible
de un intríngulis incógnito, me
escondo para que no me adviertas,
que no me respondas y así, es mi
deseo, no mancillar la magia
de tu soledad, de tu estar contigo,
y alejarme para más tarde, trepidan
te volver a sumergirme en tu linfa.
Sin mí, casi sin ti ya, a solas,
neflixteando como una loca, serie
tras serie en una serie de secuencias
que no conducen sino a un abismo.
Cuando salgas avísame si te provoca.