El pasado día al salir del sueño en el cual estaba inmerso, y enfrentarme de nuevo a la luz del día, pude comprobar como se disipaban mis miedos. La penumbra de la noche solapada por la incertidumbre, no deja muchas alternativas que ayuden a combatir tanta necedad existente. Regresé por el camino acostumbrado, pero se esfumó del mismo modo que lo hace el humo de la paja seca. Esperaré otra oportunidad ya que tengo marcado interés, en saber hasta que punto es cierto que los seres humanos, pueden pasar del amor más intenso, al odio infinito en tan solo unos instantes.