Annabeth Aparicio

El beso robado (Sonetos del Amor Oculto III)

III. El beso robado*

Que sea pecado, no me importa ya, 
si tus labios rozan mi piel dormida, 
aunque otra duerma en tu misma vida, 
yo quiero ser la que no se dirá.

No pido promesas ni eternidad, 
solo el instante en que soy tu herida, 
la que se esconde, la que es prohibida, 
la que en tu sombra se vuelve verdad.

Ven, rómpeme el alma con tu deseo, 
haz que mi cuerpo olvide lo correcto, 
y que tu nombre arda en mi garganta.

Seré solo la que ama, flor sin trofeo, 
la que se entrega sin ver incorrecto, 
pero que en tu fuego se vuelve santa.