A UN POEMA VIEJO
Se va desprendiendo el verso.
Del poema, que envejece.
Y al derramarse se pierde.
Buscando un sitio en la tierra.
Así, sobrevive al tiempo.
Que, al final, tranquilo espera.
De pronto, comprendí.
Que, no hay nada perdido.
Envejeció el poema.
Y en sus canas, yo vi.
La verdad que perdí.
Resolviendo el dilema.
Viejo poema, ofreciendo.
Lo mejor, de sí mismo.
En su oxidada letra.
Hay un verso creciendo.
Y, una emoción latiendo.
Que, es, la vida misma.
A, un poema viejo.
Va cantando la vida.
Y, su canto es tan noble.
Que, hasta se calla el viento.
Va dejando partículas.
De un noble pensamiento.
De una emoción, que es vida.
El poema nos mira.
Y en sus viejas pupilas.
Se refleja lo auténtico.
Una belleza viva.
Que, convertida, en eco.
Ha llegado a la vida.
De ese poema viejo.
Salpican viejas chispas.
De amor, que siendo viejo.
Ha llegado a la vida.
Con un nuevo vestido.
Sobreviviendo al tiempo.
A un poema viejo, canta.
El amor, siendo nuevo.
Ángel L. Pérez ®
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10/08/2025