Ojalá ser un gato feo
Para dormir sin culpa,
Para huir sin mirar,
Para ronronear con la boca llena de polvo.
Un gato retorcido,
Horrible y repulsivo
Que ni el Sol quisiese tocar,
Que la sombra se curve para no seguirle
Que sus bigotes estén chuecos
por dormir en rincones húmedos.
Uno amargado y peludo
Para que, cuando alguien lo acaricie,
No espere nada más de esa mano
y morderla.
Ojalá ser un gato,
Para comer sobras rancias y mirar con
desprecio al plato,
para vomitar en la alfombra de quién me sonría.
Para lamerme las heridas
hasta hacerlas más profundas.
Ser un gato.
De esos que se esconden en motores oxidados,
Que huelen a polvo y miedo,
Que maúllan a la nada hasta que la nada les conteste.
Ojalá ser un gato,
No hay lugar dónde pertenecer,
Ni deseo qué cometer
Ni un futuro qué prometer
Pues la lengua raspa nombres
que nadie más conoce
Y las ratas tienen cara
de gente que ya olvidé.
Ojalá ser un gato feo,
Lamerme hasta sangrar,
Maullarle al frío
Y encontrarme en un callejón
Para matarme ronroneando.