Carlos Eduardo

A M O R E S

 

Mi pequeña amada,

al fin vuelvo a sentir alegría,

imaginé lo nuestro ser una ficción

 fraguada desde, quien sabe, qué honduras de mí.

 

He esperado tanto tiempo,

reconozco tu letra

existes de verdad

estoy paralizado

ansiosamente expectante.

 

No tengo nada a perdonar,

eres libre,

yo sólo puedo creer que estás en mí

por apasionamiento

ello no obliga.

 

Ya llegará tu carta,

mis esperanzas,

mientras tanto soñaré con tus gestos.

 

Favor no me condenes.

 

Te amo

 

Sabes, amor incontestado,

no es posible unirnos en sentimientos,

porque somos como dos alas de una misma mariposa,

muy iguales y muy distintas a la vez,

sólo nos complementamos para hacerla volar

 

En este lugar

los demás me entorpecen el espíritu,

actitudes grotescas,

repeticiones incansables,

manías inauditas, demenciales, furias espantosas,

estatuas de olores nauseabundos…

a menudo me aíslo

y vivo en mis sueños.

 

¡Ay! si supieras de mi paranoia

real como la vida misma

perseguida

escondida

no quiero ser torturada hasta la muerte

nadie puede ocultarme

tú alucinas amigo querido.