Aunque se controle el fuego
en la Catedral-Mezquita,
fácil es que se repita
para los que ven un juego.
Le darán palos de ciego
a las llamas de ignorancia,
con inquina y disonancia
que asustaran al demonio.
Ellos no ven patrimonio,
solo un arma a distancia.
A la Mezquita-Catedral de Córdoba, por su pronta reparación