Reconocer lo que
realmente se necesita,
tener lo suficiente
para alcanzarlo,
y la salud necesaria
para disfrutarlo...
Es un auténtico tesoro,
un verdadero lujo,
y el mayor de los milagros.
Tenerlo todo,
sin saber qué
es lo que realmente
se necesita,
es no comprender
el principio fundamental
de la existencia...
Alimentando
una carencia perpetua,
una necesidad sin sentido.
Por eso,
quien reconoce
lo que verdaderamente
es un tesoro,
va sobrado de todo
lo demás, caminando
con abundancia interior...
Y con la estabilidad
de quien habita
una existencia material en paz,
por haber reconocido
que viento interior
mueve sus propias hojas.
¿O no?