La noche canta,
las estrellas la iluminan
arrancándole un pedacito de su misterio,
nos observan con ojos chispeantes
maravilladas de nuestros sueños.
En la mar abierta
susurran alas invisibles
surcando hacia el norte
orientadas por sus almas antiguas
van a ras de las aguas alejándose -
los riscos cobijarán sus nidos.
El batir de las olas
al pie de los acantilados
- roqueríos bajo la espuma brillan como blancas perlas –
a la luz del sol alcatraces
alcanzan su vuelo de arcángeles
– con mi espíritu agitado
al ritmo de los azules temblorosos
alborotados por el despertar del viento
llego a ella
Allí, pululan apacibles
ilusionados de cubrirse de plumas
y remontar las nubes sobre el vasto océano -
estremecido te encuentro entre los miles de pájaros -
mariposa mía