D. Méndez

En Vueltas

Me consumes.

No como fuego,

sino como pensamiento:

un hilo invisible que enreda

cada rincón de mi calma.

 

No hay reloj que marque

la medida de tu ausencia.

El tiempo no me sirve

cuando no estás.

 

Mi cabeza gira en círculos

con tu nombre al centro,

y no hay norte,

no hay fin,

solo este deseo

de tenerte cerca,

de saberte carne,

de saberte mío

aunque sea por instantes

que quemen

más que toda la espera.