Luis prieto

EL AMANECER Y EL PADECER

Otra vez se abrazaron la noche y el día,

dejando al desnudo lo que el alma escondía.

Vivencias pasadas que vuelven sin cita,

heridas que sangran aunque estén marchitas.

 

¿Por qué no descanso en esa noche callada,

que me arropa, me carga, me cuida,

y promete la luz de la madrugada?

 

¿Por qué me destruyo sabiendo el dolor

que dejo en mi cuerpo, que grito en mi voz?

¿Por qué repito lo que me hace daño,

como si el castigo me salvara de algo?

 

Tal vez, muy hondo, no aprendí a quererme,

ni un poco, ni a tiempo, ni con suficiente suerte.

O quizás —y esto apenas lo entiendo—

es en ese abismo donde nace lo que siento.

 

Y ahí, en la sombra que nadie ve,

mi alma escribe, aunque duela, aunque pese.

Porque incluso el quebranto, cuando se convierte en arte,

es un acto de amor… hacia quien lucha por levantarse.

 

Luis prieto