Cada paso, cada herida,
cada vida cruel subestima.
Cada cruz y cada espina,
cada gota de sangre....
en las manos derramada.
Cada fachada con estilo idiota,
cada cual con su espejo venerado
y su exencentrico bolsillo, desalmado.
Cada martirio por déspota,
en camino de sueño insensato
por insensatez sin temor.
Cada abrazo sin memoria,
cada beso, cada historia,
en afán de la victoria.
Cada ciudadano respetable y
cada individuo insalubre;
cada trapisonda de químera,
junto a la onda de bello mar
que espera, cada moda...
Cada poda aunada de angustia
por mustia realidad caprichosa.
Cada libro, cada letra, cada página
iluminada que no se interpreta.
Cada llovizna, cada neblina,
cada lágrima en donde cabe
dolor, cabe melancolía de vivir.
Cada iluso cual se impuso,
al uso de la verdad;
Cada flor sin primavera,
cada mujer sincera en el
amor aguarda y dulce, espera.
Cada invierno y cada infierno,
cada lugar donde brilla un anhelo;
Cada año perdido en el calendario.
Cada brújula, que no guía, al origen
de la luz divina que refracta en:
Cada espejo.
Cada paso, cada herida,
cada vida cruel subestima.
Hernán J. Moreyra