CASA SIN TECHO
La montaña llora su vestido verde,
el hacha voraz le arrancó la piel,
ya el canto del ave se esconde y pierde
y el río, sediento, murmura su hiel.
La brisa tropieza con ramas caídas,
el sol se desborda sin protección,
se extinguen las sombras que daban vida
y el suelo agoniza sin contención.
Donde hubo un bosque, hay ceniza y polvo,
donde hubo un nido, hay desolación.
Las lluvias castigan sin un estorbo
y el lodo sepulta la bendición.
Sin árboles, somos casa sin techo,
sin verde, la tierra clama y se muere.
¿No ves que el futuro ya está maltrecho
si el hombre destruye lo que más quiere?
Volvamos al monte con manos nuevas,
plantemos la vida con decisión;
que brote la savia, que crezcan selvas,
¡reverdezcamos la creación!
Roberto D. Yoro
Olanchito Yoro, Honduras C.A.