EL JABÓN DE MI BAÑERA
El jabón de mi bañera
se escurre suave entre mis dedos,
como los días que resbalan
sin que pueda retenerlos.
El aroma se queda en el aire,
fantasma de un tiempo que huye,
y yo, que busco en la espuma
las formas de no perderme.
Cada burbuja es un recuerdo,
frágil, brillante y efímero,
que se rompe antes de contar
todo lo que llevo adentro.
El agua me envuelve, tibia y lenta,
como un abrazo que no juzga,
y en el silencio líquido encuentro
la calma que el mundo no me da.
El jabón de mi bañera
no solo limpia la piel,
sino también las heridas
que el día dejó sin decir.
Y aunque sé que todo pasa,
que el agua y el tiempo llevan,
aquí estoy, aferrado a este instante,
donde el dolor se vuelve leve.
© Corazón Bardo