Señor dame una oportunidad, ya no puedo más
Estoy destruido en mi habitación, mientras mis lágrimas gotean.
Padre perdona a tu hijo, perdóname, te exclamo con tanto dolor.
No me abandones, no me dejes, te lo suplico señor.
El grito de mi corazón, y el sabor de mis lágrimas son mi castigo
en esta habitación fría.
Ellos han deslumbrado mi alma,
mi desnudez, mi amor más puro que tengo, me han lamido,
me han cegado, me han prometido, me han mentido
y se han tapado con una doble cobija
mientras yo sufro por ellos,
sin embargo, yo no me he casado con la novia de mis ojos.
Te amo tanto…
Perdóname por no aceptarte,
te he deshecho, te he ignorado,
y me he enorgullecido por quien no me pertenece.
Ahora te pido, dame una oportunidad para conocerte,
pero no hagas que se convierta en un infierno,
pues en ti he puesto ahora mis ojos,
y yo te pido que no me abandones.
Oh señor, perdóname.
Déjame casarme con ella,
o yo no seré digno de mi felicidad.
Pero si no es así…
libérame de este mundo,
de esta sociedad vacía,
y llévame contigo.
No puedo soportar el vacío.
He intentado regresar a mi hogar
pero él se sigue aprovechando de sus mentiras.
Me odia, me golpea con sus palabras,
me hace sentir inútil por comer pan en su mesa.
Dime que no es verdad.
Señor, por favor no respondas
que aún debo pagar por algo que mi madre o padre han hecho.
Solo dame una oportunidad
como un hijo que necesita tu luz, tu fulgor
y tu presencia para un buen camino.
No puedo levantarme,
no puedo maaaas,
señoooor, te ruegooo.
Si él quiere destruirme,
quítalo de mi camino,
no dejes que tu hijo muera.
Estoy roto,
estoy sucio,
estoy escupido
y sigo vivo con signos vitales
pero no tengo piel.
Mis hombros y mejillas se desangran,
mi cuerpo está dolido
mientras mis órganos siguen funcionando.
Déjame en paz por favor,
lárgate de aquí,
no me hagas daño,
no me eches tus profundos recuerdos.
Mi cama ha sido tu cama,
y la de ellos.
Me han desnudado
y se han aprovechado.
Se han vuelto unos perros, señor.
He sido tan amoroso
pero se han involucrado en mi ropaje,
en mi rostro,
en mis labios.
Se han encarnado
y necesito sacarlos,
que no vuelvan a mí.
Oh Señor, límpiame de ellos.
Me duele tanto.
Libérame de aquellos ángeles
vestidos de objetivos,
se han burlado de mí
y han tomado el deber de tenerme en sus brazos
solo para verme caer.