Cuando cuento las estrellas
que brillan en la altura,
y adornan las más bellas
noches con su hermosura;
cuando veo que la gente,
nacida en una cuna de oro,
evita la cárcel fácilmente
sin menguar su tesoro;
cuando pienso en las guerras
que ya no tendrán fin,
pues cubren nuestras tierras
con un cruel negocio sinfín;
soy un ingenuo que sueño
que me encuentro sin devoción,
en un mundo vano de engaño
donde la codicia es una oración.