Perdona mis ojos,
ellos no se conforman con lo visible.
Quieren penetrar el velo del instante,
despegarse del ruido para encontrar el silencio que habla.
No se contentan con la superficie,
buscan la verdad oculta en las grietas,
esa verdad que duele y que asusta,
que no se muestra en titulares ni en postales.
Preguntan sin descanso,
desconfían de lo que les entregan,
quieren entender por qué el tiempo se escapa,
por qué el hombre destruye lo que no sabe crear.
Perdona que miren más allá de lo cómodo,
que incomoden con su insistencia,
que no acepten lo dado como definitivo.
Porque no se conforman con solo ver,
cargan con la culpa de no mirar
cuando mirar podría cambiarlo todo.