Escasos tendrían que ser,
Por el bien,
De personas y animales,
Algunas sufren,
Y los animales tiemblan,
Un miedo oculto,
Que sale cuando los cohetes explotan,
Asustándolos,
Y tienden a huir,
Refugiándose con sus amos,
O familiares cercanos,
Con el primer cohete,
La ansiedad comienza,
Con el segundo y tercero,
Aumenta el pánico,
Convertido en terror inevitable,
Las personas y los animales,
Que sufren estos miedos,
No soportan el ruido,
Los cohetes,
Cuanto menos, mejor,
No digo nada,
Sino pocos,
Ya estaría bien,
Para que el sufrimiento,
No aumente,
Ni sufran mucho,
Salvo alejarse lejos,
O tapones utilizar,
Pero un perro,
No hay medios para no oír,
Esos estruendos en el cielo,
Por los cohetes explotando,
Causándole efectos psicológicos,
Que les afectan.